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Por fuera del debate coyuntural sobre la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas existe una preocupación por el peligro que significa un trabajo a altas temperaturas. Más allá del costo de la repotenciación, algunos trabajadores expresaron sus legítimos miedos sobre el riesgo de que las seguridades colapsen.
Uno de los trabajadores se preguntó: “¿Cuánto se invirtió en los seres humanos?”. La preocupación nace del estado actual de las instalaciones que fueron visitadas por el Presidente de la República. En un recorrido pormenorizado, los periodistas constataron la destrucción de equipos y tuberías. Vieron líquidos esparcidos por el suelo; temperatura elevada en niveles peligrosos, etc.
Es verdad que por el terremoto del año pasado la refinería y muchos edificios de Esmeraldas fueron afectados, pero nadie se detuvo a hacer una evaluación que llegue al fondo de lo que significa la seguridad de los 1.255 trabajadores de la planta petroquímica. (O)