La invitación de la Secretaría de Comunicación es concreta: mirar “con sus propios ojos” (y no con los de Chevron) lo ocurrido en la Amazonía. Ya salió una periodista a decir que si no va es porque no quiere ir de la mano del Gobierno.
¿Pero ha ido a los desayunos de Chevron? ¿Ahí sí no hay objeción? Hacer periodismo es, ante todo, verificar los hechos, no interpretar por intermediarios interesados lo ocurrido en la realidad. Y los periodistas y actores políticos tienen una enorme responsabilidad con sus audiencias: contar la verdad a partir de los hechos, no desde los prejuicios ni las suposiciones.
Los que vayan sabrán construir un relato y los que no seguirán con su afán de denigrar una causa nacional para quedar bien con una transnacional.