La fundación Vihda y el Ministerio de Salud recibieron hace poco el premio Anual de Innovación Sanitaria por desarrollar los denominados ‘sachets’ contra el VIH. Hace un mes ocurrió algo parecido con el equipo Iyayku, de seis estudiantes de tercer semestre de Yachay Tech: ganó el primer lugar en Emprendimiento Social durante su visita a la incubadora de emprendimientos SETsquared en la Universidad de Bath, en Reino Unido. Con estos dos hechos se confirma una tendencia positiva en el desarrollo de nuestro país. Y es que hacer ciencia y tecnología no es privilegio de unas potencias o de unas corporaciones. Al contrario, el mundo vive una eclosión de propuestas, innovaciones y desarrollos tecnológicos desde las ‘periferias’. Pero también prueba que si en Ecuador no se hubiese puesto énfasis en esta lógica, a través de políticas públicas de incentivo y estímulos, seguiríamos importando todo y siendo objetos del mercado tecnológico y no sujetos de innovación. Ojalá esos deseos de volver al pasado por puro afán político tomen en cuenta estas realidades a la hora de proponer ‘cambios’. (O)