Basta revisar todo lo que decían y promovían días antes de esa fatídica jornada; suficiente con oírlos en los días previos al primer aniversario y revisar a quiénes colocaron como héroes y a quiénes como víctimas del intento de golpe de Estado.
Y con todo y eso quisieron construir su plataforma política para minar la legitimidad de un proyecto político y de su líder pensando que empezaban a cavar la tumba de la Revolución Ciudadana. En febrero de 2013 recibieron su respuesta: dura, contundente, pedagógica y hasta histórica.
Sin embargo, todos ellos siguen allí hablando como si nada, como si no se hubiesen subido a las camionetas de la Policía, o reunido en hoteles, o mandado mensajes incitando a la violencia. Esos culpables están ahí, ojalá con la cara llena de vergüenza por lo que hicieron y escondieron.