El modelo económico aplicado en la década anterior llevó al país -entre otras cosas- a un profundo endeudamiento y por eso es necesario cambiarlo. No será por imposición, como se acostumbraba, y sí mediante el diálogo y acuerdos; así piensa el vicepresidente Otto Sonnenholzner que, en una entrevista a este diario, delineó algunas acciones ya tomadas, y otras que vendrán en el corto y en el mediano plazo. De ideas pragmáticas, cree que se debe abrir la discusión hacia el modelo económico que necesitamos, para lo cual el sector privado debe asumir su liderazgo para retomar el crecimiento económico. Plantea un modelo que funcione más allá de las ideologías políticas, que dé trabajo a la gente. Sonnenholzner ejemplificó lo ocurrido en las elecciones del 24 de marzo, en las que la gente votó sin pensar ideológicamente, lo hizo convencida de sus necesidades prioritarias, como la salud, la educación, el empleo y las oportunidades iguales para todos.

Desde que asumió sus funciones, el 11 de diciembre de 2018, Sonnenholzner se enfocó en devolver el prestigio a la Vicepresidencia de la República. Y aquí es donde radica el pragmatismo y la gestión que se resume en la reducción de 226 a 123 en el número de empleados que ahora trabajan en esa dependencia del Estado. La austeridad se manifiesta también en la disminución de los gastos, del número de vehículos que pasó de 47 a 14. Los viajes al exterior también se han reducido o se hacen en función de la necesidad del país, como el que realizó recientemente a Alemania en vuelo comercial, con tarifas normales y con hospedaje en hoteles turísticos.

Como resultado de esa visita a Alemania se alcanzaron compromisos de inversión. La empresa de ferrocarriles Deutsche Bahn mostró su interés por construir el proyecto de un tren que conecte a Quito con Guayaquil, una antigua aspiración que solucionaría la necesidad de transporte de pasajeros y de carga entre las dos ciudades de mayor desarrollo en Ecuador. Para el mismo proyecto también está interesada una empresa española. (O)