La Asamblea Popular de Cuba aprobó por unanimidad la nueva ley de inversión extranjera, la cual permitirá acceder a capital foráneo, tecnologías y nuevos mercados, así como insertar productos y servicios nacionales en cadenas internacionales.
La ley ofrece agresivas ventajas tributarias a los inversionistas, como una reducción de 50% del impuesto a la ganancia y años de moratoria. Además, otorga garantías de que los capitales no serán expropiados.
Y con todo eso se busca incrementar anualmente un 7% el PIB. La medida es necesaria y tuvo mucho tiempo de análisis, pero sobre todo se inserta en los cambios profundos que el gobierno adopta para generar mejores condiciones para la producción y el trabajo en la isla, tras varios años de recesión y dificultades.