La cosecha de medallas no es producto del azar. A veces influye la suerte, por excepción. Y la actuación ecuatoriana en los Juegos Bolivarianos realizados en Perú evidencia un resultado muy positivo que, al mismo tiempo, exhibe a nuevas figuras descollantes del deporte en diversas especialidades.
Como forma parte del ciclo olímpico, esta competencia también hace soñar a muchos atletas en las Olimpiadas de Brasil.
Pero más allá de soñar están los procesos que se deben intensificar, los cuidados y atenciones que se merecen estos atletas consagrados en Perú y la infraestructura con la que hay que contar para sostener este ritmo de crecimiento.
Si bien no estamos en el primer lugar, el tercero, por encima de otros países, es de por sí un éxito digno de aplauso.