La Constitución ecuatoriana establece claramente que todas las personas son iguales y que gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades; pero estuvimos acostumbrados durante mucho tiempo a que el Presidente de la República solo se reuniera con los funcionarios de elección popular que eran afines a su partido o movimiento político. En ninguna parte de la carta magna se expresa que para desempeñar funciones públicas se requiere de la militancia en un partido único. Presidente, asambleístas, prefectos y alcaldes transitaban cada uno por su lado, nunca se veían de frente, incluso algunos eran denigrados por expresar sus ideas. El estilo moderno de gobernar demanda que todas las funciones del Estado interactúen, que aporten al desarrollo y avance de los pueblos, sin exclusiones.

Por eso fue tan significativo que el Presidente de la República se haya reunido esta semana en el Palacio de Carondelet con 200 alcaldes electos el 24 de marzo. Pese a que faltaron muy pocos, la invitación no excluía a nadie y la reunión se cumplió en un ambiente de gran distensión y también de intercambio de ideas y de visiones de los alcaldes y las del Gobierno. Desde que comenzó su gestión, en mayo de 2017, el Gobierno ha entregado $ 4.350 millones a los gobiernos seccionales para que cumplan con la ejecución de las obras que requieren los municipios. A su vez, el Presidente reconoció el aporte municipal para cumplir con los programas sociales, ejemplo Casa para Todos.

 Para cumplir ese programa, el Gobierno requiere de terrenos urbanizados, una responsabilidad que compete a los gobiernos locales. En la reunión la ministra María Paula Romo se comprometió a coordinar el trabajo entre los municipios y el Poder Ejecutivo. Pidió también a los alcaldes electos que asuman sus competencias en el área de la seguridad, que es fundamental para prevenir e intervenir en la lucha contra la criminalidad y la violencia. El Presidente concluyó con un mensaje a los alcaldes que marca la diferencia con el pasado: “Ya no son mendigos del Estado, recuperaron su dignidad”. (O)