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No solo una persona de la talla de Umberto Eco lo ha dicho, ya hay una suerte de consenso de que en las redes sociales surge lo peor de ciertos seres humanos, actores políticos y un conjunto de supuestos activistas. Igual: ya hay un gran número de personas que sospechan que todos esos tuiteros solo sirven a protervos intereses; y si un día el mundo se quedara sin internet, ellos no tendrían nada más que hacer en su vida durante 24 horas, porque solo se dedican a injuriar, infamar y desinformar. Ahora, algunos de esos tuiteros no solo que difaman sino que amenazan de muerte a dos chicas por el mero hecho de promover una consulta para permitir la reelección del actual mandatario ecuatoriano. ¿Qué delito u ofensa han cometido al pedir, por los canales regulares y legales, una acción de esta naturaleza? Todo eso sin descontar el linchamiento mediático del que son víctimas, tanto ellas como otras personas todo el tiempo, de lo cual no dicen ni pío todos esos organismos bien financiados desde el exterior y que solo actúan cuando les conviene. Si la mayor garantía de ‘libertad de expresión’ son las redes sociales, por ahora solo se usan con fines protervos. (O)