La mujer dejó de ser sumisa, ahora es firme en sus convicciones y clara en sus ideales. En el Día Internacional de la Mujer, fecha que se recuerda cada 8 de marzo, desde 1975 (antes se llamaba Día de la Mujer Trabajadora), ellas no silenciaron sus voces, por el contrario, salieron a las calles para hacerse escuchar, para alzar sus manos y, en un solo puño, decirle a la sociedad “aquí estamos y reclamamos lo que es nuestro: espacios de igualdad, cero maltrato, respeto, más oportunidades y el derecho a seguir vivas”.     

Sin importar su condición social, raza, color de piel o idioma, cada una libra una batalla diariamente por ganarse su espacio y, si lo tiene, por preservarlo, rompiendo los estigmas que aún están arraigados en esta sociedad machista.

La Premio Nobel de Literatura (1945) Gabriela Mistral fue crítica en su momento del feminismo, al cual veía desde dos ángulos: el uno, la mujer explotada y sometida por una sociedad machista y, el otro, la mujer carente del potencial físico del hombre, de manera que no puede desarrollar ciertos trabajos. La conclusión: el mejor rol para ella es ser ama de casa y dedicarse a la crianza de sus hijos.  

Ese estigma de ‘sexo débil’ se revirtió con el paso de los años y hoy, pese a carecer de ese potencial físico del hombre, vemos cómo las mujeres se han ganado espacios donde solo ellos tenían cabida.

Hoy tenemos mujeres soldadoras, mecánicas, taxistas, oficiales de Policía, del Ejército y la Marina, científicas, juezas, fiscales, agricultoras... Hoy vemos que, tras ir sorteando un camino sinuoso y con la determinación de reclamar lo propio, esos espacios antes ‘exclusivos’ para ellos ahora son compartidos.

La célebre escritora chilena Isabel Allende hizo hace algunos años un llamado a las mujeres para que estén dispuestas, conectadas y decididas a cambiar el mundo en compañía de los hombres, pero al mismo tiempo alentó a las víctimas de abuso
a no callar, a denunciar.

Y aquí, en este espacio, florece una frase suya: “He conocido a mujeres extraordinarias que son los personajes de mis novelas, no las invento, ahí están...”. (O)