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Todos los debates y reflexiones públicas son saludables para la democracia. A excepción de aquellos diálogos vacuos o aletargados por sesudas retóricas, en ellos subyace el argumento idóneo para la toma de decisiones o la definición de acciones.
Los derechos no se conquistan vía decreto, sino mediante una enconada lucha contra prejuicios, taras y fundamentalismos de todo tipoEs así que, sin ese punto de partida, no es posible flamear la bandera de las libertades en sociedades con derechos que todavía no están afincados.
En Ecuador, la lucha por garantizar los derechos ha sido larga y ha costado vidas y tiempo. Esa experiencia muestra que los derechos no se conquistan vía decreto, sino mediante una enconada lucha contra prejuicios, taras y fundamentalismos de todo tipo.
Las libertades también son eso: conquistas sobre la base de derechos firmes y plenamente garantizados. Pero también es cierto que puede haber libertades -como la de expresión- sin un adecuado acceso y vigencia de los derechos de comunicación.