Ha publicado un libro. Da entrevistas sobre el mismo. Explica, ante todo, lo que pasó con la caída (defenestración) de Jamil Mahuad. Pero no explica mucho sus responsabilidades en la misma. ¿Hasta dónde su decisión de no acompañar a quien lo llevó a la vicepresidencia lo colocan en una situación incómoda frente a la historia? ¿Dónde quedan los valores que a él (a Gustavo Noboa) le gusta destacar: lealtad, compromiso y solidaridad?

Confiesa que cuando Mahuad le comentó los escenarios de su salida y cuando le preguntó si le sucedería en el cargo al ahora autoexiliado en EE.UU. “no le gustó mucho”. Obvio, ¿no? Y para explicar qué pasó con el ex presidente democratacristiano, Noboa dice que “se autodestruyó”, que  “no decidía nada”.

Quizá en las páginas del libro se encuentren más desarrolladas sus explicaciones sobre esto, pero de sus palabras se desprende cuánta responsabilidad colectiva tuvieron todos quienes acompañaron a Mahuad, pues no se entiende cómo le dejaron tomar decisiones, aparentemente solo, que llevaron a la peor crisis económica de la historia del Ecuador.

Además, Noboa confiesa que su ex compañero de fórmula electoral “sufrió una debacle moral al hacerse públicos los fondos de la campaña” (de más de 3 millones de dólares del bolsillo de un banquero, el único que ha estado en la cárcel y ha pagado sus culpas).

Al mismo tiempo confiesa que recibió varios miles de dólares para sus gastos de campaña. ¿En las páginas del libro estarán todas las explicaciones del manejo económico de esa campaña y de los financistas que luego, en la gestión de Noboa, aparecieron como ministros? ¿Podremos saber todos esos detalles?

Obviamente, el testimonio directo de un ex primer mandatario es importantísimo para la historia de cualquier país. Si Gustavo Noboa revela todo lo que pasó en esos años, sería un documento digno de encomio para explicarnos muchas cosas que aún están confusas y pendientes.