El turismo es una actividad que genera ingresos, que mueve la economía porque genera consumo y permite -además- cambiar la rutina del trabajo o de los estudios. Un país como el nuestro, donde en cinco horas se puede llegar de la sierra a la playa, en dos horas a la región amazónica y en un tiempo similar a Galápagos por vía aérea, ofrece enormes ventajas.

Las fiestas por los 198 años de Cuenca y el Día de los Difuntos, más el fin de semana, suman un total de cuatro días para visitar las cuatro regiones por la vía terrestre o aérea. Lo importante es tomar algunas acciones para evitar riesgos, sobre todo en las carreteras, para que las vacaciones se puedan disfrutar sin contratiempos.

El respeto a las señales de tránsito, especialmente las que tienen que ver con los límites de velocidad o no rebasar en curvas, puede marcar la diferencia entre buenas y malas vacaciones. La Policía Nacional, en todas las provincias, ha desplegado operativos de seguridad para garantizar que los desplazamientos y viajes sean fluidos. Por primera vez se exigirá que todos los ocupantes de un vehículo usen el cinturón de seguridad. Todos, no solamente el conductor y el que va al lado, dice la norma.

Conocido es que en caso de accidentes los más perjudicados son los pasajeros que viajan en el asiento posterior del carro porque por causa del impacto y por no tener el cinturón abrochado sus cuerpos son fuertemente golpeados. Todos los vehículos, importados o ensamblados en el país, disponen de cinturones de seguridad en los asientos traseros, pero no tenemos la costumbre de usarlos.

Un informe de la Agencia Metropolitana de Tránsito señala que entre enero y septiembre de este año, 18.099 conductores han sido sancionados por no usar cinturón de seguridad. La obligación es para todos los pasajeros y la multa es del 5% de la Remuneración Básica Unificada y 1,5 puntos menos en la licencia de conducir. Si bien la multa es muy inferior a la de conducir a exceso de velocidad es importante concienciar que el uso del cinturón puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. (O)