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Lo que viven los mexicanos supera todo pronóstico. Algunas ciudades están tomadas por el crimen organizado, y la respuesta estatal, institucional y ciudadana se queda corta frente a la gravedad del problema.
Lo ocurrido es consecuencia precisamente de la falta de acciones efectivas del Estado por muchos años y por la invasión de bandas criminales con gran poder, que han logrado corromper a buena parte de autoridades y funcionarios.
Si por ahora ese drama tiene consecuencias mortales inmanejables, por lo menos la reacción del Gobierno ha dado una señal de aliento para terminar con esta tragedia. Ojalá pronto no haya que publicar más malas noticias sobre México.
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