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Hay campañas informativas con un claro afán desestabilizador y a favor de las tesis de una potencia hegemónica y totalitaria.
Por ejemplo, ayer un diario local decía que Rusia invadió Ucrania. ¿Cuándo y cómo ocurrió eso? Y si ese titular pervive en unos lectores, ¿cómo reaccionarán a una supuesta invasión? Lo mismo ocurre con Venezuela: todo lo publicado indicaría que ahí no queda más que ‘invadir’ a esa nación y por eso un mandatario centroamericano ha llegado a emitir propuestas desestabilizadoras.
Entonces, está claro que ahora la estrategia de los golpes de Estado ‘blandos’ se expresa de la mejor manera: haciendo aparecer a grupos fascistas y derechistas como los más democráticos y ocultando sus acciones, planes y conexiones. Todo eso sin descontar de dónde se financian y respaldan a diario.