El fútbol es un fenómeno global y muy popular. Son muy pocas las personas que no se contagian de él. Y al mismo tiempo moviliza pasiones, recursos, pensamientos y convoca a disímiles sectores. Por ello, cada partido constituye un encuentro y una experiencia particular.
El de hoy, frente a Chile, es para Ecuador un momento culminante de un largo proceso y el inicio de otro si se concreta la clasificación. El que termina ha sido tenso y con una dirección técnica coherente todo el tiempo.
Han nacido figuras y se han consagrado otras; pero todas dieron un aporte en base a una idea y un ideal claros: colocar la bandera ecuatoriana en un sitial alto, como ya ocurre en otros campos de nuestra vida, y con ello generar ejemplos de esa capacidad de excelencia que tiene todo el país.