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El alcalde de Guayaquil le ha dado una clase de sabiduría, pero sobre todo de madurez al candidato banquero Guillermo Lasso. Y no es que sea motivo de una ruptura en la derecha ecuatoriana.
Al contrario, solo es un síntoma de que cuando hay conciencia de lo que se vive y se hace no es necesario ocultar las diferencias. Si Lasso y sus voceros han hablado tan mal del alcalde, de Cynthia Viteri y del PSC (entre otras cosas dijeron que se habían aliado al ‘correísmo’, lo mismo que dicen los de Pachakutik y los ex MPD), ¿por qué ahora el candidato de CREO quiere ‘aprender de Nebot’?
Eso demuestra dos cosas claves en esta coyuntura política: a Lasso no le importa nada con tal de llegar a la presidencia y Nebot, a regañadientes, ha tenido que dar su apoyo a quien habló tan mal de él, tanto que llegó a considerar que el Lasso que conoció (como su amigo) era el falso y el de ahora es el verdadero (el que dice una cosa antes de pasar a la segunda vuelta y otra muy forzada para buscar su apoyo para el 2 de abril).
Para Nebot, una hipotética cita con Lasso puede ‘calificarse de indigna o de mera conveniencia electoral; jamás me prestaré para eso’. Palabras tan claras sobre un personaje no tan claro. (O)