Como nunca antes la discusión sobre la seguridad social en el Ecuador pasa por la ventaja de sus servicios, beneficios y potencialidades. Al cumplir 86 años de creación, primero como Caja de Pensiones, ahora como un sistema de seguridad social integral, su consolidación ha sido posible gracias a los mandatos constitucionales y a las políticas públicas que lo acompañan, pero sobre todo a la decisión gubernamental de hacer realidad lo que para anteriores administraciones era solo un negocio o un caudal de corruptelas y precariedades.
Todavía falta mucho, obviamente. Hay bastante que mejorar, pero también es cierto que ante la demanda de atención hay que actuar con prudencia y sabiduría. Por eso hay que criticar, aportar y trabajar conjuntamente.