Los especialistas hablan de un lapso de alrededor de dos años para una efectiva recuperación psicológica de los compatriotas afectados por el fuerte sismo del pasado 16 de abril. Y eso no solo corresponde a los especialistas. Hace falta el trabajo conjunto de todo el país, de los medios de prensa, de los programas de televisión que tienen una sintonía masiva, así como de entidades y organizaciones públicas y privadas. Por lo pronto, la Policía, las Fuerzas Armadas, los ministerios de Cultura, Inclusión Económica, entre otros, han definido ya algunas tareas en este sentido. Para todos es obvio que la reconstrucción material y física puede hacerse, aunque tomará su tiempo. Pero la psicológica conlleva complejidades y requiere expertos. Y para ello hay que trabajar con responsabilidad y una fuerte dosis de sensibilidad. Los niños afectados son la prioridad número uno en este campo. Las experiencias de otros países indican que, si no se hace bien este trabajo, las secuelas alcanzan a varias generaciones. Por lo mismo, antes que derramar odios, quienes critican sin mayor sentido deberían apoyar con una colaboración solidaria colectiva y pensando en salir adelante sin rencores. (O)