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El caso de los 20 tripulantes del barco chino que fueron sentenciados por pescar ilegalmente en la zona de protección de las islas Galápagos dejó varias lecciones que la comunidad mundial tendrá que procesar. La flota, que en días pasados fue sorprendida en faenas de pesca dentro de nuestro mar territorial, fue sentenciada a penas de prisión que van de 1 a 4 años y a una multa de $ 5,9 millones; sin duda un castigo ejemplar que tiene que seguir el debido proceso.
La primera y única reacción que se ha registrado hasta el momento es la del embajador chino en nuestro país, Wang Yulin, quien le dijo a la Agencia Andes que China es una nación responsable en materia de pesca. El diplomático aseguró que su país tiene tolerancia cero con la ilegalidad, cualquiera que sea, y en ese sentido se mostró dispuesto a que se castigue severamente, de acuerdo con las leyes y el derecho internacional. China espera que Ecuador aborde el caso de manera justa. Tiene razón el embajador cuando aboga por el cocinero, que no es responsable del error cometido por el capitán de la flota que ingresó a la reserva marina. Según la misma entrevista, China advirtió a su flota pesquera que evitara el ingreso a nuestro mar, y Ecuador se hizo respetar. (O)