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Los acuerdos de paz en Colombia están en riesgo. La Corte Constitucional de ese país ha dado vía libre al Congreso para que modifique las leyes surgidas del tratado firmado en La Habana. Los legisladores podrían cambiar algo que ya fue negociado y que está en marcha.
Detrás de estos movimientos están los parlamentarios y juristas alineados con el uribismo, la derecha más radical de Colombia. Juegan con fuego porque tumbar la paz llevaría a su país a una crisis sin precedentes. ¿Los guerrilleros tendrían que volver a la selva y empuñar sus fusiles? Con ello arrastrarían a toda la región y, de prosperar la iniciativa, Ecuador sería el principal vecino perjudicado: nuevamente fronteras calientes.
Pero frente a tanta irresponsabilidad, ahora las FARC lucen políticamente más maduras. Han reiterado que su tránsito a la vida legal es irreversible. A los colombianos les toca proteger la paz; que la sociedad civil se una como muro de contención ante la aventura guerrerista de la derecha. (O)