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Algunas explicaciones abundan sobre la cifra de inflación del año 2013 que, siendo de 2,7%, es la más baja desde 2005. La más objetiva quizá sea que el año pasado fue uno de los mejores en términos económicos a todo nivel.
No hubo problemas en la producción por mal clima ni dificultades externas y, al mismo tiempo, hubo un manejo adecuado de los instrumentos de control y de regulación; además, (como coinciden algunos analistas) el consumo y la demanda disminuyeron levemente.
Por lo mismo habría que imaginar el panorama del presente año en esa perspectiva para que el ciudadano no vea alteradas sus finanzas y pueda planificar sus tareas en función de una inflación moderada, con la participación de todos los factores económicos.