El embajador de Estados Unidos, el relator especial de las Naciones Unidas, la vocera del Departamento de Estado y algunos personajes muy bien “entrevistados” tienen algo en común: repiten el libreto de la Aedep.
Y, como tal, lo hacen sin una reflexión crítica de ese texto. Si cada uno de esos actores políticos tuviese que soportar el linchamiento mediático o no tuviera derecho a la réplica o a la corrección tendríamos acciones y hasta retaliaciones de cualquier tipo.
La Ley de Comunicación se hizo en plena soberanía y no por un capricho de Rafael Correa, sino en respuesta a una demanda histórica de muchas organizaciones, grupos, gremios y periodistas. No olviden ese “gran detalle”, que siempre hará la diferencia con respecto a esas minorías empresariales.