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Los ‘estadounidófilos’ sufren cada vez que Rafael Correa visita EE.UU. Para ellos (como para esos 8 senadores xenófobos) no es posible estar en ese país sin someterse a él. Gracias al proceso político de nuestro país visitar universidades y sostener entrevistas con la prensa ‘libre’ no es un acto de sumisión ni para vender baratijas ni para declararse el mejor aliado.
Al contrario: hay reconocimiento y hasta aplausos por lo realizado en el campo de la educación y en lo social. Ecuador ganó mucho con esta gira y para dolor de los ‘liberales puros’ abrió otra dimensión de nuestra realidad para fijar que no somos el cuco de América, pero sí estamos en un proceso de aperturas políticas que no someten soberanía, economía y mucho menos ecuatorianos a la migración por pobreza y exclusión.