Más de 200.000 desempleados y una inflación por encima del 40% no son solo una señal o un diagnóstico. Además, ya son 82.585 las familias que viven en sitios precarios, el equivalente al 10 por ciento de la población. Y si a todo eso se suma el incremento de un millón de pobres a la lista más nefasta de la economía tras un año del gobierno de Mauricio Macri el panorama no puede ser el mejor ejemplo a seguir.

Si desde la mirada ortodoxa el ‘ajuste’ servirá para ‘estabilizar’ la economía del 2017 ahora se entiende la estrategia mediática y política en marcha desde hace diez años y el silencio de los grandes medios sobre la lamentable realidad de Argentina. Pero no todo eso se queda ahí: en el escenario político no solo la oposición se amplía sino que la coalición que llevó a Macri al poder se desmorona de un modo acelerado.

Entonces, el balance no es para aplaudir y solo queda la evidencia de que las promesas fueron solo una buena estrategia publicitaria y electoral. Tal como ha ocurrido en Ecuador con aquellos grupos y organizaciones que se sintonizan con las ideas del macrismo y que han tenido al mismo asesor político. Muy buena lección nos deja Argentina a todo el continente. (O)