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La positiva gestión del Ministerio del Interior al frente de la Policía Nacional resulta evidente. Los crímenes más “sonados” han sido resueltos y explicados, además de ser aprehendidos sus principales autores, en tiempo récord.
En menos de 15 días del asesinato de la lideresa del Club Aucas están ya detenidos los supuestos autores material e intelectual. Por solo citar el caso más reciente, pero de esos hay muchos ya. Y no es la suma de casos lo que explica la eficacia, sino las políticas implementadas para hacer de la seguridad una tarea colectiva en la que la Policía juega un rol preponderante.
¿Por qué no ocurría lo mismo antes? Sencillamente porque los otros gobiernos olvidaron que la estrategia es integral y no se limita solo a la dotación de armas.