Se argumentó que el manejo del dinero electrónico pasaba primero por una idea de confianza de los operadores financieros con el Estado. Desde que perdimos el sucre, tras la crisis económica de 1998-99, nuestra moneda es el dólar, pero los billetes se deterioran y todos los años el circulante debe ser reemplazado. Eso tiene un costo. Se conoce que esta reposición le cuesta al Banco Central $ 2.000 millones todos los años.

En el marco de los diálogos y de la confianza que generó el gobierno de Lenín Moreno con todos los sectores de la economía, hubo algunos acuerdos preliminares que deben ser tomados en cuenta. Uno de ellos se relaciona con el dinero electrónico para evitar el desgaste de los billetes y ahorrar al fisco por lo menos $ 800 millones anuales. Sin embargo, en estos días han asomado algunas diferencias que requieren ser superadas para que los acuerdos no se empantanen.

Verónica Artola, gerente del Banco Central de Ecuador (BCE) -ver página 9-, explica que ya han transcurrido tres meses desde que el Gobierno decidió que el dinero electrónico lo maneje la banca privada. La posición del Gobierno Nacional fue la de una corresponsabilidad: la banca quiere manejar el dinero electrónico y el Banco Central quiere que se utilice menos efectivo. Es decir, un acuerdo con todas las cartas abiertas sobre la mesa.

La funcionaria cita un ejemplo: Si tenemos los $ 2.000 millones que actualmente se demandan en monedas y billetes, la banca se comprometió a reducir $ 800 millones de efectivo, porque el BCE incluso decía que podía ser un poco más. De acuerdo con esos análisis, el BCE considera que el esfuerzo podría ser mayor, tranquilamente $ 1.200 millones, pero nos dijeron que era mucho y aceptamos, fue la banca la que lo propuso, no el BCE o el equipo económico. Ahora el BCE busca una reunión con el presidente de la Asociación de Bancos para aclarar el impasse y dialogar.

No es el momento para presionar o desconocer los acuerdos; cada uno de los sectores de la economía, en este caso el financiero, debe cumplir con su palabra. (O)