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La parte final de la carta del expresidente uruguayo José Mujica a su paisano y excanciller, el actual secretario general de la OEA, Luis Almagro, no fue amplificada por ninguno de los medios que sí difundieron aquello de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está ‘loco’. Le dice en la carta: “Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido”. Por nuestras tierras, la ética y las posturas políticas del exguerrillero uruguayo han sido alabadas, no sin cierto utilitarismo, tanto por personajes políticos de la derecha como de la izquierda. Y ahora que publica esa carta, por la muy parcial y sesgada actuación del secretario de la OEA para el caso venezolano, se han quedado callados. En el último encuentro del Foro de Sao Paulo, la totalidad de los participantes pidió rectificar la conducción de la OEA. Y por lo que toca a Ecuador, Almagro insiste en los mismos errores y en esas actuaciones poco tinosas para quien fue elegido como representante de todos los países y sus gobiernos, y no de unos grupos políticos. Almagro no puede intervenir en los asuntos internos electorales de ningún país. (O)