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La edición especial de fin de año de este diario destacó a 2013 como el de las revelaciones. Y, por supuesto, el mundo conoció el significado de las hegemonías políticas y militares, de su intromisión en la vida privada y en la soberanía de las naciones. Con ello, además, ocurrieron varios procesos de investigación y de reclamo al mismísimo Gobierno estadounidense.
Claro, hubo un espionaje grosero y frecuente, pero gracias a las revelaciones se tuvo la evidencia y se ha generado conciencia de ello. Por eso, ahora es posible diferenciar entre espionaje y revelaciones. Mucho más cuando ahora, en nuestro país, los dos sustantivos parecen confundirse con afanes para nada nobles y justificando lo que no ha sido posible mostrar a través de cierto espionaje descubierto.