La revelación de que la derecha más guerrerista de Colombia hizo una campaña de intimidación, miedo y mentiras pone en cuestión algo que en nuestro país ocurre todos los días. Hay algunos medios, analistas, entrevistadores y políticos que se hacen eco de rumores o inventan falsos datos para construir una supuesta verdad y a partir de ella consolidar su plataforma proselitista. Hasta que se desmienta, rectifique o pida una simple aclaración ya quedó marcado en la mente de muchas personas ese “dato”. Entre otras mentiras, reiteradas, está que Ecuador es uno de los países donde más altos impuestos se pagan. Otra: el derroche público es enorme. Y así hay varias, todas en función de elevar la imagen de sus candidatos sin vergüenza alguna. En eso participan algunos medios de comunicación que se hacen eco de aquellas plataformas virtuales bien financiadas y con claros propósitos políticos. Así como en Colombia pueden tumbar un proceso largo de cuatro años a favor de la paz, en Ecuador podrían también crear el falso escenario de que estamos en el peor de los mundos y que solo nos falta un buen redentor, mejor si es banquero o empresario, tal como ya pasó en Argentina. ¿Quién pierde con esto? Nada más ni nada menos que el pueblo llano que confía en que esos supuestos líderes y aquellos medios con alguna credibilidad les dicen la verdad, cuando es todo lo contrario. (O)