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Era de esperarse, pero que los periódicos privados y comerciales no estén de acuerdo con la Ley de Comunicación no les puede llevar a titular “Rechazo mundial”.
¿De cuándo acá representan al planeta y al universo? ¿Ellos se autoproclaman la representación planetaria del pensamiento, sentimiento y opinión de la humanidad? ¡Vaya arrogancia y prepotencia! Los mismísimos dioses de la prensa que reclaman tolerancia y respeto son los primeros en hacer todo lo contrario.
En el planeta Tierra hay millones de personas y miles de medios de comunicación que felicitan la existencia de una regulación para la prensa por todos los abusos. Y no se jactan de ser la representación del mundo. Para eso es la democracia: para disentir, pero también para acatar las leyes.