El Consejo Nacional Electoral convocará hoy oficialmente a las elecciones del 19 de febrero de 2017. Y se avecina un período de alta intensidad política, pero no deja de preocupar que al mismo tiempo surja una campaña de desprestigio. Quizá la intención es deslegitimar el resultado. No es nuevo: en todas las últimas campañas se ha dicho lo mismo, pero no se presenta ni una sola prueba.

Lo más significativo es tener por delante valores y principios democráticos, respeto a los adversarios, cumplir con las reglas del juego y pensar en el futuro del país. Si todos los actores políticos están dispuestos a profundizar la democracia, no basta con participar en las elecciones, sino generar un amplio debate nacional, proponer programas de gobierno sensatos y coherentes, con cero demagogia y mentiras.

Y no está de más exigir respeto al ciudadano, para que no se produzcan actos de violencia ni ofensas verbales. Lo que está en juego es el futuro de las generaciones, la defensa de los derechos y las conquistas alcanzadas. Se inicia una etapa para, fundamentalmente, la discusión de ideas, planes y programas porque hay condiciones para ello. (O)