Una sola empresa constructora, la brasileña Odebrecht, admitió que pagó en  Ecuador más de $ 30 millones en sobornos y sobreprecios para adjudicarse obras. Ese es uno de los tantos escándalos que han sacudido el país y que aún no concluye; algunos exfuncionarios están en la cárcel, otros se han fugado o alcanzaron a salir antes del inicio de los procesos penales.

Existe la idea de que muchas denuncias no son atendidas o no llegan a nada; esto lo tiene muy claro la nueva secretaria técnica de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, María de Lourdes Arboleda (ver página 6, Política), recientemente electa por el Consejo de Participación Ciudadana para dirigir esa importante función del Estado que debe velar por el manejo pulcro de los recursos del Estado.

Dos ejes fundamentales y prioritarios tiene la Secretaria: la transparencia y la lucha contra la corrupción. El anterior Consejo de Participación, según la nueva funcionaria, acumuló casos de corrupción que fueron archivados. “La primera acción será levantar esa pesada cortina que se constituyó bajo la figura del archivo”, afirmó.

En ese sentido apunta a varios proyectos estratégicos como las hidroeléctricas, la refinería de Esmeraldas y la no construida refinería El Aromo, en la provincia de Manabí; el campo petrolero Singue y la represa Manduriacu. Hay que poner atención al balance que revela la funcionaria sobre las denuncias: desde el 2010 se hicieron 4.000 denuncias, de ese total 3.000 fueron archivadas y 300 simplemente no fueron admitidas.

“El país está cansado de esta lluvia de denuncias sin resultados”, resumió María de Lourdes Arboleda. Por eso  llevará los casos a la Fiscalía y a los jueces competentes. La idea es afinar las normas legales de transparencia y lucha contra la corrupción. En Ecuador -afirma- existen redes y estructuras de corrupción que necesitan ser analizadas bajo el cargo de delincuencia organizada.

Bajo ese esquema hay actores públicos y privados que la funcionaria quiere desentrañar; ahí está Odebrecht que, como otras corporaciones, se acostumbró a pagar para obtener los contratos. (O)