El martes, funcionarios de la Defensoría del Pueblo recorrieron una terminal de Metrovía para constatar el cumplimiento en la instalación de señalética sobre la opción de movilización para personas con discapacidad.
Pese a que la Defensoría del Pueblo encontró todo en orden, los usuarios aprovecharon para quejarse de las falencias del sistema: aglomeraciones, demora en la frecuencia de alimentadores, falta de información en paradas, entre otras inconformidades.
Al escuchar a los ciudadanos, parecería que ningún esfuerzo por contar con un sistema público de transporte de pasajeros logra su objetivo en Guayaquil; claro está que no se trata solo del sistema troncalizado, sino también de los buses urbanos, que pese a las estrategias implementadas por la Agencia Municipal de Tránsito (ATM) y al aumento en el costo del pasaje irrespetan los derechos de los usuarios con el incumplimiento de las normas determinadas por la ATM. (O)