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Sigue lloviendo y Guayaquil inundándose. Si el aguacero, como casi siempre ocurre, se inicia en la tarde, entonces la salida de los trabajos se convierte en un calvario.
La explicación oficial son las mareas o la basura en las alcantarillas. El Alcalde alguna vez llegó a decir que se trataba de un acto deliberado de taponamiento de las tuberías para delinquir. Justificaciones hay muchas.
Lo cierto es que el mismo partido dirige la Alcaldía desde 1990. ¿En todo este tiempo no se ha encontrado una solución integral al problema de las inundaciones? ¿Hay que resignarse a que durante el invierno nos demoraremos dos horas en llegar a casa luego del trabajo?
Los aguaceros son periódicos, pero el conocimiento humano ha alcanzado cotas que permiten defender a las ciudades del agua. Es hora de que se presenten proyectos definitivos con costos reales para que los guayaquileños decidan. La próxima elección de autoridades locales será una buena oportunidad para ello. (O)