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El debate sobre las nuevas plataformas de transportación es mundial. Los taxistas no solo han protestado en Guayaquil, sino también en París, Barcelona y Buenos Aires.
La discusión en Ecuador gira en torno a la calidad del servicio. Y eso obliga a una profunda reflexión de la ‘fuerza amarilla’. Durante años, sobre todo en el puerto principal, se incumple con el uso del taxímetro, pese a estar instalado en los vehículos. Además, hay unidades, como las que están apostadas afuera de los centros comerciales, del aeropuerto, terminal terrestre u hoteles, que imponen tarifas abusivas a las carreras.
Ese irrespeto los guayaquileños lo han tolerado por años, por tanto, resulta lógico que si surge un nuevo servicio, que ofrece un mejor trato y que acata las tarifas fijadas en la ley, los usuarios lo preferirán. No cabe argumentar ‘competencia desleal’. Asimismo, es repudiable forzar a la protesta -como ocurrió- a quienes no desean participar en ella.
Es hora de que los taxistas inicien una profunda autocrítica y se comprometan a corregir errores. (O)