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Si en el año 2025 un investigador revisa los periódicos de la prensa comercial y privada de estos últimos años encontrará un panorama desolador y hasta aterrador del país. Incluso, es posible que se haga una idea macabra. Eso ocurriría por dos motivos: el registro histórico que hacen esos periódicos es tan parcial y tergiversado de la realidad y por una clara inclinación política que los desnuda y revela abiertamente.
Entonces, gracias a esos periódicos es que algunos “organismos internacionales” hacen sus informes y reportes sobre nuestra realidad. Es más: en la sumatoria de “casos” publicada por esa prensa se definen los rankings de la situación de la libertad de prensa, de expresión y de pensamiento. ¿Cómo van a reportar otros datos que no sean los que “inventan” para declararse víctimas? ¿No hay un “medidor” más profesional y técnico?
Ahora, también gracias a la prensa opositora, se hacen reportes de la situación de los derechos humanos en Ecuador. Y gracias a esa “objetiva” información aparecemos como un país peor de lo que eran algunos africanos en los años 80.
Acá, si fuese por esos informes, no debería venir nadie, sin embargo, llegan estadounidenses a pasar los últimos años de sus vidas, por las condiciones favorables para su bienestar; igual arriban y buscan empleo los españoles despedidos por un régimen liberal; vienen cubanos, africanos, haitianos, peruanos y colombianos, además de retornar miles de ecuatorianos. ¿Por qué será?
Habría que preguntar a los ciudadanos si efectivamente vivimos una dictadura que viola todas las garantías y si sobrevivimos en un terrorismo de Estado, para saber hasta dónde es cierto eso que publican los medios y los llamados “organismos internacionales”.