Publicidad
Al cierre del escrutinio de los comicios del 19 de febrero saltan a la vista 2 temas complejos: el rol de las instituciones y el comportamiento de los actores políticos. Ecuador ha consolidado un Estado de derecho y una arquitectura legal para afrontar las demandas políticas y con ello resolver las diferencias y/o urgencias. Pero parece que un grupo de actores políticos no valoran eso y sostienen su propia dinámica para generar zozobra o caos. Por eso el comportamiento ético y responsable de los actores políticos tiene un valor clave en la institucionalidad política del Estado. Si se desconoce a una entidad como el Consejo Nacional Electoral (CNE) y se desea imponer su particular interés, se ingresa en un escenario caótico. Y eso solo revela la intención política de fondo: pescar a río revuelto. Por lo mismo, si los actores y activistas políticos respetan y trabajan con la institucionalidad, hasta las más complejas y difíciles diferencias podrían absolverse sin generar violencia ni caos. Cuando el titular del CNE llamó a los 2 candidatos finalistas para revisar el proceso, efectivamente hubo un claro deseo de eliminar toda sospecha, pero ya vimos qué respondió cada uno. (O)