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El candidato Guillermo Lasso exige la publicación de la lista de los funcionarios corruptos y beneficiarios de los pagos de la firma brasileña Odebrecht. Pero no ha dicho nada de que, en Ecuador, el único contrato en firme y sobre el cual pesan sospechas es el del Municipio de Quito, de su aliado político Mauricio Rodas.
¿Por qué no le ha pedido a él, en primer lugar, una clara explicación? ¿Por qué -además- se calla ante la evidencia de que uno de sus más cercanos candidatos en Tungurahua sea señalado como supuesto beneficiario de esas coimas? La justicia brasileña y la estadounidense han dicho que en junio se conocerá la lista porque, por ahora, es mejor mantenerla en reserva y así no afectar a la investigación.
¿Qué pasaría en Ecuador si para esa fecha se conocieran los nombres y -supongamos- salen a la luz los de los candidatos de SUMA-CREO o de asesores ad honorem de Rodas? ¿No sería mejor curarse en salud y pedir a ese candidato y a esos asesores que hablen y detallen qué hicieron en ese viaje a Brasil hace tres años, tal como lo explicó ayer este diario? ¿No es lo justo y responsable? (O)