Publicidad
Los actores políticos, sobre todo los más fanáticos e irreflexivos, no descansan. Sus supuestos datos y encuestas hacen bulla en plena veda electoral y mediática. Y a eso se suman ciertos periodistas, ‘analistas’ y twitteros.
Con un afán que tiene que ver más con el exhibicionismo y con la militancia antes que con la responsabilidad pública, estos usuarios de las redes sociales hacen de este espacio el peor para la verdadera reflexión.
Y son ellos quienes demandan cordura, prudencia, diálogo y hasta silenciamiento. No cabe aquí sino hacer un llamado para bajar el nivel de esas pasiones irreflexivas, proponer un verdadero espíritu democrático y provocar el mayor entendimiento para imaginar futuros de mayor bienestar para todos, y no solo pensar en los grupos e intereses particulares.