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Hay algunos problemas locales, mucho más en las dos más grandes ciudades de Ecuador, pero el silencio resulta patético, sobre todo de aquellos que reclaman libertad de expresión, hablan a diario y hacen críticas muchas veces infundadas.
¿Será que su mirada es oblicua y sesgada frente a la grave situación urbana ante la arremetida del invierno? Incluso, en la prensa privada y comercial ya hay uno que otro artículo que muy solapadamente critica la gestión de los alcaldes de las dos más grandes ciudades. Pero no vemos a los super-ultra-críticos ponerse del lado del vecino, chofer de autobús o taxista, que afronta todos los días los embates producto de la ausencia de prevención o planificación. No hay caricaturas de aquellos ‘artistas’ libres de todo compromiso.
El periodismo no está para complacencias ni venias, han dicho la Aedep, UNP y otros grupos, pero ahora parece que el silencio hace la venia y concede todo beneplácito a los líderes y alcaldes con quienes tienen muy buenas relaciones políticas y comerciales. Por lo pronto, la gente sabrá juzgar para qué se usa la manida ‘libertad de prensa’. (O)