Publicidad
El retorno a clases implica un reto de organización en las ciudades. El desafío será este lunes 2 en las localidades de la Sierra y Amazonía. La situación se complica en las urbes más grandes, especialmente por el número de vehículos en calle. Un promedio de 1,9 millones de estudiantes regresarán a las aulas y en localidades como Quito se han organizado desde hace varios años operativos especiales. Las iniciativas han logrado evitar que la capital colapse en el primer día de clases. Se han establecido medidas, como la entrada escalonada de los distintos niveles escolares. En las instituciones públicas y la empresa privada se flexibilizan o se mueven los horarios de entrada para ayudar a los trabajadores. El ajetreo empieza incluso antes por los trámites de matrículas, compra de útiles escolares, uniformes y hasta forrar cuadernos. A 6.542 instituciones educativas llegarán estudiantes, profesores y padres de familia, las ciudades llegan a su máxima expresión de actividad; las vacaciones terminan. Todo esto genera reacciones, pero es momento de pensar más allá de las condiciones del entorno. El retorno a clases significa un cambio de actividades de los pequeños. Hay que conversar con ellos, decirles que el regreso a clases será pronto. Se les debe hablar de cómo serán las clases. A muchos les afecta, por ejemplo, el cambio de escuela, ahora incluso habrá más estudiantes extranjeros que se incorporarán a las aulas ecuatorianas.
La preocupación debe ir puertas adentro. Los niños y jóvenes requieren de la máxima atención de los adultos. Los estudiantes, los más pequeños, necesitan apoyo e incentivos para trabajar en el año lectivo. Muchos de ellos dejan la escuela y empiezan la secundaria. A unos cuantos se les hacen difíciles algunas asignaturas y a otros les cuesta levantarse a la madrugada. Es un cambio, para muchos, drástico y difícil de sobrellevar. Es verdad que el tráfico vehicular y la compra de útiles estresan, aunque el Ministerio de Educación ha permitido que se respete la disposición de no subir el costo de las pensiones y que no se exagere en las listas de útiles escolares, pero el retorno a clases también preocupa a los menores. Requieren del apoyo de sus padres para enfrentar el cambio de sus actividades cotidianas. (O)