La Red de Personas Adultas Mayores de Guayaquil puso una acción de protección contra el Municipio que dirige el alcalde Jaime Nebot. En concreto reclama que no se han considerado sus propuestas y demandas a la hora de elaborar el presupuesto de la ciudad. Y para ello, no porque estén “locos” o sean atrevidos, se apoyan en el Código Orgánico de Ordenamiento Territorial, Autonomía y Descentralización.

En el artículo 249 de este instrumento jurídico se señala que no se aprobará el presupuesto del gobierno autónomo, como es el de Guayaquil, si en el mismo no se asigna, por lo menos, el 10% de sus ingresos no tributarios para el financiamiento de la planificación y ejecución de programas sociales para  atender a grupos de atención prioritaria.

Según sus reclamos, los adultos mayores denuncian que no hay espacios para el entretenimiento, productividad y salud. En otras palabras, están desnudando lo que mucha gente guayaquileña ha dicho siempre, pero se los tacha como opositores a un “modelo exitoso”.

Si es tan exitoso y hasta digno de replicar por otros municipios, los adultos mayores de esta ciudad dan claras muestras de lo contrario. No se trata de llenar, rellenar, abrir calles o hacer parques en las zonas “regeneradas” solamente. La gente vive en todas las áreas urbanas y la de la tercera edad debe tener cerca y en buenas condiciones esos espacios para su desarrollo vital.

El Municipio de Guayaquil debe responder ya a los adultos mayores. No puede convertirse en un trámite. Nebot, como todo ser humano, más pronto que otros, llegará a la misma condición de quienes ahora le reclaman y entenderá (si no se va a vivir fuera de Guayaquil) que a esa edad y por el desarrollo social cada demanda es vital, en toda la extensión de la palabra.