Ya es una matriz montada y bien estructurada. No hay matices ni mucho menos verificación: todo lo que se diga de Venezuela es desde la óptica de la oposición, aunque esta cometa errores, como lo reconocen sus propios dirigentes y acólitos. Que hay dificultades en ese país, es cierto. Que las dificultades no son solo de orden económico, también. Que la oposición no ha logrado unirse por sus disímiles intereses, es otra verdad.

Pero de ahí a que se justifique la destitución del presidente Nicolás Maduro sin un sustento legal hay un largo trecho. En la variopinta oposición venezolana hay duras diferencias para actuar en el mismo objetivo, pero en un amplio sector hay una absoluta convicción: respetar los procesos democráticos y las leyes.

La verdad es que hay otros objetivos porque, después de un año de ganar la mayoría en la Asamblea, la oposición ha sido incapaz de ponerse de acuerdo hasta para el deseo mayor y que cuenta con el apoyo del aparato político y mediático del continente. Si quieren la Presidencia de Venezuela, participen con candidatos en los próximos comicios y desafíen al pueblo pidiendo su apoyo. (O)