El interés colectivo siempre es prioritario
Ha sido una larga espera. Un extenso sector de Manabí venía exigiendo, desde hace cuarenta años, la construcción de una obra que la libere de las inundaciones invernales y de las sequías.
Esta demanda, de muy larga data, permitió la concepción del proyecto multipropósito Chone, que tiene como objetivo rescatar a la urbe de calamidades naturales, pero también dotarla de agua potable y de riego en las zonas productivas del norte de la provincia.
Se calcula que no menos de 17.000 familias se beneficiarán de esta obra, cuya construcción está avanzada en un 35%. El pequeño porcentaje y las demoras no fueron a causa de problemas contractuales, tampoco a la falta de voluntad política o la escasez de recursos, sino debido a un ciudadano que se resistía a dejar sus tierras, ubicadas justo en el lugar donde se construirá la represa.
Una vez que las tierras de esa persona fueron declaradas de utilidad pública, el Estado le depositó 180.000 dólares, que era el valor que le correspondía recibir. Sus hijos le pidieron que salga de allí, pero no obtuvieron respuesta.
Todos comprendemos lo difícil que debe ser abandonar un sitio que ha sido hogar de varias generaciones; sin embargo, el interés común de un amplio grupo humano siempre terminará anteponiéndose a los intereses particulares.
En un país democrático, soberano y equitativo, los derechos constitucionales están garantizados y nadie puede oponerse o evitar que a esta, o a cualquier otra persona, les sean reconocidos. El Presidente de la República así lo ha ratificado y las autoridades respectivas han cumplido con todo lo que determina la ley. Por ello nunca se presentó una denuncia en este sentido y, una vez agotadas las peticiones y cursadas las advertencias que el caso ameritaba, se produjo el operativo de desalojo, que fue pacífico y estuvo supervisado por la Cruz Roja.
La inserción de todas las regiones del país al siglo XXI requiere el sacrificio de todos los ecuatorianos, así como de los manabitas, para que Chone deje de inundarse en cada invierno.