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Hasta hace poco, todos los medios lo trataban como ‘exbanquero’. Por las razones que fuesen, ese mote, adjetivo o sustantivo no es bien visto en nuestro país. Razones, historia y datos hay para ello. Así, el supuesto exbanquero quedaba liberado de un estigma político. Pero resulta que no ha dejado de serlo, pues gracias a la publicación de este diario ahora se sabe que tiene un banco en Panamá.
Y las razones usadas para tener plata en un paraíso fiscal son, según su criterio, las leyes ecuatorianas. Lo cual constituye una falsedad porque en ningún cuerpo legal ecuatoriano existe ese supuesto impedimento. Por ello, tratar de justificar la salida del dinero producido en Ecuador a un paraíso fiscal, por más legal que sea, ahora no tiene ninguna validez.
Lo de fondo es otra cosa: se trata de echar la culpa de un acto a todas vistas inmoral a unas leyes que garantizan a todos, sin distinción, la inversión y la producción para mejorar la vida de todos. Lo único que estos intentos de justificación dejan claro es que no se pagan los impuestos para contribuir a una mejor distribución de la riqueza nacional. (O)