Publicidad
No cabe duda de que la organización indígena más grande del país tiene un peso específico en la vida social y política. Y con todo, debe -como lo reconocen sus dirigentes históricos- revisar muchas de sus últimas decisiones y actuaciones. De ahí que el llamado al diálogo, propuesto por Humberto Cholango, merece atención para dejar atrás esas posturas de intransigencia desde miradas electoralistas.
Hay un reconocimiento de que el movimiento indígena de ahora no puede abanderar el mismo programa que levantó con otros gobiernos. Las cosas han cambiado y quizá hace falta mayor compenetración en la búsqueda común de soluciones a problemas fundamentales para todos -como la pobreza indígena- para una verdadera convivencia democrática.