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Las alertas están encendidas. En la primera quincena de junio las importaciones se dispararon al 72%. Era algo previsible si se tiene en cuenta que el IVA regresó al 12% y las salvaguardias se eliminaron.
Los ciudadanos tienen ahora mayor capacidad de consumo, lo que revela recuperación económica; sin embargo, si la tendencia se mantiene, la balanza comercial se verá afectada. Y eso pone en riesgo la dolarización. Hay un consenso nacional: mantener al dólar como moneda. Pero si enviamos nuestro dinero al extranjero, porque eso significa comprar artículos importados, este sistema no durará durante mucho tiempo.
Es verdad que el Gobierno y la empresa privada deben mejorar las capacidades productivas del país para exportar más. Pero los ciudadanos también tienen un nivel de responsabilidad: consumir lo nuestro. Hay que dejar atrás la creencia de que lo ecuatoriano es de baja calidad. Solo así se fortalecerá -y se mantendrá- la dolarización. (O)