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El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, rompió ayer el silencio y habló sobre:
1. Sus nexos con Mauro T.: “Alguien a quien he conocido como una persona honorable, y espero que se demuestre su inocencia durante el proceso”. (...) “(Él) ha colaborado desde el inicio en nuestro proyecto y sus criterios estratégicos, en el campo político y jurídico, siempre han sido valorados”.
2. El papel del Gobierno: “Inaceptable vincular una investigación tributaria de un ciudadano particular con el contrato del Metro de Quito. (...) Es una injerencia en la justicia y ofende la institucionalidad municipal. (...) Estamos frente a una cortina de humo, un elemento de distracción en el proceso electoral. Estamos frente a una clara persecución política, que probablemente continuará, no solo en contra del Municipio, sino también de otros actores de oposición”... etc., etc.
Bajo esa lógica, Rodas allanó la vía a la victimización, internacionalizó la lid electoral interna, demandó el arbitraje de EE.UU. y desenterró a la OEA. Todo en el comunicado oficial que leyó. (O)