Uno de los problemas que aquejan a miles de ciudadanos es esa mala práctica de endeudarse con quienes ofrecen dinero con intereses escandalosos. Aquello responde a una cultura fomentada desde las angustias y necesidades, pero también desde un negocio perverso que oculta otros males y actos ilícitos.
La decisión gubernamental de combatir al “chulco” conlleva algunas estrategias, pero también deben generarse las bases de una nueva cultura sobre el consumo y el endeudamiento. Y eso no se conseguirá con acciones represivas.
Desarrollar procesos pedagógicos desde distintas estrategias y sectores constituye una urgencia. Por lo pronto, se cuenta con decisión y voluntad, empero, se requiere la acción ciudadana para obtener un mejor efecto y resultados.